También hubo hermetismo y del bueno con el auto del juez Alexis Reyes, de San Bartolomé de Tirajana, en el que se pedía al TSJC que echara un vistazo a las actuaciones del presidente del Gobierno, Adán Martín, en el entorno de la operación Góndola. Como recordarán, al TSJC le bastaron exactamente seis días, seis, para decir que no había nada y, de paso, echar un rapolvo al juez sureño. En ese intervalo de tiempo se pronunció la Fiscalía pero no se empleó un solo segundo en pedirle al Parlamento una certificación acerca de la situación del parlamentario Adán Martín Menis. Como tampoco se empleó un solo segundo en escuchar la conversación entre el presidente y el empresario Santiago Santana Cazorla. Pero ya que el alto tribunal decidió que no había motivo para la investigación, le rogamos que ordene la desclasificación de la conversación concreta, de modo que podamos comprobar que, efectivamente, no hubo tráfico de influencias ni las cosas feas que todos nos hemos imaginado.