Puestos a analizar el panorama que se le presenta al PP canario con el furúnculo que le ha salido en Fuerteventura, no sabemos bien a qué carta quedarnos. Por un lado, un presidente regional que no termina de coger el toro por los cuernos (con perdón), y no se atreve a expulsar al marqués para no irritar aún más a sus seguidores. Soria quiere promover a Águeda Montelongo en un momento más bien delicado, dada la fragilidad electoral que se le viene encima. Pero frente a un indecente de la política, que aplica los estatutos de su partido en función de sus intereses coyunturales, nos encontramos con otro cafre que se ha servido de la política para convertirse en un auténtico cacique. Ya nos estamos imaginando ese juicio con jurado, escuchando la cinta del kilillo y el solar. Lo bien que va a quedar el marqués y lo bien que va a quedar su partido de toda la vida. Tal para cual.