A grandes males, grandes remedios. A ese manido dicho piensan aferrarse a partir de ahora los máximos dirigentes del Consejo de Administración del CD Tenerife para erradicar de una vez las filtraciones, los malentendidos y las desavenencias en el seno de la directiva blanquiazul. Se acabó aquello de que cada consejero tiene vía libre para hablar hasta con Radio Taxi. De aquí en adelante, las dos únicas personas autorizadas para comparecer ante los medios serán el presidente, que dicho sea de paso se plantea prodigar cada vez menos sus comparecencias, y el portavoz del consejo, Julio Luis Pérez. Y el que se salte esta norma deberá atenerse a las consecuencias. Más de uno tendrá que morderse la lengua, con lo que le gusta acercarla a una alcachofa con logotipo. Todo sea por ofrecer de una vez por todas al tinerfeñismo la sensación de que en su club existe disciplina de grupo. Habrá que verlo para creerlo.