Ya tienen nuevo alcalde en Telde, apoyado, eso sí, por dos señoras detenidas en su día y hoy imputadas en Faycán. No es plato de gusto aceptar la Alcaldía de tu ciudad en condiciones tan precarias como lo hace Francisco Santana, al que no obstante hay que desear toda la suerte del mundo, no sólo por lo que se le viene encima, con un caos generalizado en el Ayuntamiento, sino porque existe un alto porcentaje de posibilidades de que el actual grupo de gobierno no acabe entero. Pero pese al desastre, este jueves hubo besos, abrazos y hasta risotadas en el salón de plenos al lograr el PP mantener la Alcaldía, aunque sea de modo tan poco glorioso. Entre otras personas, adivinamos por allí la figura del dimitido concejal Domingo Ramírez Galindo, al que todo el mundo en Telde endosa el seguir trabajando como si nada hubiera pasado. Se le ve salir del Ayuntamiento a altas horas de la tarde tras asistir a una importante reunión; visita las obras municipales como si no hubiera abandonado el cargo; presume de que el concejal que le sustituye hará lo que él le diga, que para eso fue su asesor; promete cuadrillas de operarios para arreglar un altar (lo hizo el otro día con un párroco) y hasta se cuela en los lugares reservados a las autoridades, entre éstas y la banda de música, en las procesiones de los barrios. Los mal pensados aseguran que prepara un nuevo partido para las elecciones, y que quiere utilizar un nombre ya patentado, Faycán.