Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado del que todavía formamos parte todos los canarios celebraron ayer el Día de la Policía. Y aunque por los alrededores de la Supercomisaría y ante acto tan solemne no se viera al vicepresidente del Gobierno, José Manuel Soria, sí dejó el macho su rastro por medio del protocolo que le ha endilgado a su socio Paulino. Fue en el instante de cuadrar puestos en la fila presidencial. Acababa de pasar revista a la tropa la delegada del Gobierno de España, Carolina Darias. Le esperaban en primera línea los que ustedes ven en la foto. Más una mosca cojonera que creía hacer las veces de Embajadora Macaronésica de Ultramar, tres pasos por delante de todos. Pino Betancor, la reina del protocolo bananario, hizo como si recibiera ella misma a la delegada del Gobierno del Estado del que todavía formamos parte todos los canarios, y acto seguido le indicó dónde situarse, a la derecha de Paulino, en segundo lugar, lejos de la jefa superior de Policía. Y dos veces le plantó cara la delegada a la soriana, delante de toda la concurrencia. Y dos veces, de manera elegante, pero morrúa, mandó firmes Darias al eterno guineo de quién preside en Canarias los actos del Gobierno de España.