Sólo hacía falta un poco de determinación y ganas de acabar con un expediente eterno y vergonzoso, el de los parques eólicos que han de colocar a Canarias a la cabeza de las renovables en España aprovechando que disponemos de unas condiciones naturales inigualables. Y a eso parece haberse dedicado estos primeros meses de legislatura autonómica Paquita Luengo, a allanar caminos, a sentar alrededor de la misma mesa a empresarios (entusiasmados con la viceconsejera) y a todas las administraciones con competencias en la materia (industria, planeamiento, aeropuertos...) para ponerlas a todas a remar en la misma dirección. Nada más, ningún misterio, ninguna capacidad sobrenatural: tener ganas de resolver un asunto de interés público y dejarse de martingalas. Claro que para ello, Luengo ha puesto sobre la mesa la declaración de interés general que este martes dio a conocer en su aplicación más ventajosas para los parques eólicos, así como someter a Aena y las afecciones aeroportuarias a ese mismo interés general. Una consultora experta analiza sin histeria la influencia que los molinos pueden tener en la seguridad del aeropuerto de Gran Canaria dada su cercanía al mayor campo de vientos, el de Arinaga. Ahora vendrá la repotenciación de los viejos molinos, la concesión directa de potencia eólica asociada... y el impulso a los bombeos reversibles, la única manera de almacenar la energía excedente para que ninguna operadora tenga la menor excusa y vuelva a presionar a las instituciones con el resultado de retraso que todos conocemos.