Los grancanarios han venido quejándose amargamente los últimos años de la falta de iniciativa política de su Cabildo frente a ejemplos tan dolorosos como el de Tenerife, que se mueve con muchísima más agilidad en las instituciones estatales y europeas. Desde octubre pasado, cuando se supo que quedaban fondos del marco operativo 2000-2006 y 2007-2013, y que habría que devolverlos a Bruselas si no se gastaban, el presidente, José Miguel Pérez, puso a la gente de Hacienda, de Patrimonio y de Medio Ambiente a trabajar en un proyecto creíble que pudiera ser defendido por la ministra Narbona, cuyo departamento ha corrido con el 25% de la inversión total, que alcanzó los 16 millones de euros. Y la Comunidad Autónoma, viéndolo pasar por delante de sus narices ante la decisión del ministerio de entenderse directamente con el Cabildo..