El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Encima dejan caducar la licencia
Cuarta y última entrega de nuestro culebrón sobre la Metamorfosis conejera, o cómo un suelo protegidísimo deja de serlo con todos los papeles en regla para que un poderoso empresario levante allí la bodega de sus sueños. El chanchullo está en Yaiza, como no podía ser de otra manera, un Ayuntamiento que no abrió el pico en toda la tramitación del expediente a sabiendas de que su silencio era para otorgar, nunca para entorpecer. Pero tenía que conceder licencia urbanística, y así lo hizo con la diligencia propia de esta tramitación el 27 de julio de 1999, en base al proyecto redactado por el arquitecto Miguel Ángel Armas Matallana, esposo de Pilar del Río, la mujer que actuó como intermediaria en todo el sinuoso peregrinar de la solicitud de permiso en suelo rústico ante Política Territorial. Como prescribe la legalidad vigente, tan masacrada en este procedimiento, en la licencia municipal se advierte al promotor, Juan Francisco Rosa, que las obras objeto de la autorización han de comenzar dentro de los seis meses siguientes y finalizarse antes de los veinticuatro desde su inicio. Después de una meteórica tramitación de todo el expediente, después del papelón desempeñado por ciertos técnicos y otros ciertos políticos. va Rosa y se guarda la licencia en el bolsillo. ¡Y la deja caducar!
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