Puestos a hablar de crisis de valores, convendría hacer un leve repaso a lo que ha venido siendo históricamente la práctica periodística en la isla de Tenerife, mayormente nucleada en torno a Radio Club. La todopoderosa emisora de la Ser creció de manos de la familia Padrón hasta que la cadena de Prisa se hizo con el control y la dejó al cuidado de Xuancar, uno de los profesionales más influyentes en esa isla durante años. Un montón de periodistas de contrastada calidad han pasado por esos micrófonos de la Avenida de Anaga, pero al mismo tiempo durante décadas ha ido floreciendo a su sombra un amplio grupo de espabilados que se han aprovechado de su influencia y de la generosidad de empresarios y políticos para complementar sueldos verdaderamente ridículos. No sólo en Radio Club, por supuesto, sino en la inmensa mayoría de los medios locales, lo que pronto condujo a un estado de absoluta entrega de la profesión periodística a la oligarquía tinerfeña y de un vergonzoso silencio ante cualquier tropelía. Así las cosas era normal que propietarios de emisoras privadas cobraran colaboraciones en Radio Club y en medios públicos competidores. Que los gabinetes de prensa oficiales y empresariales los llevaran reputados periodistas a los que se permitía de todo en sus respectivas redacciones. La práctica ha llegado tan lejos, que el actual jefe de Deportes de la radio pública canaria, el ya mentado Juanjo Toledo, el que este martes se quejaba de una crisis de valores, sea el que interviene en Tiempo de Juego de la COPE para relatar las vicisitudes del Club Deportivo Tenerife.