Ya saben que Comisiones Obreras en la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria anda un tanto mosqueada por los procederes que está mostrando este cuerpo, además de no haberle gustado nada un cartel divulgado por la ciudad para dar a conocer una jornada de puertas abiertas. A la nueva Policía Local, o a sus mandos, se les achaca en ocasiones un exceso de celo que, automáticamente, afecta a la credibilidad del cuerpo. Un buen ejemplo de ese exceso lo encontramos en lo que le ha ocurrido a un grupo de jóvenes en una de las plazoletas de las inmediaciones de la calle Alfonso XIII. Estudian en el nocturno de los institutos cercanos, y uno de ellos vive en esa calle. Por tanto, parece normal que a las once y media de la noche estén en la zona, por donde andan charlando y haciendo lo normal a esas edades, que no es punto cruz, precisamente. En cinco ocasiones, cinco, les han pedido identificarse, con el correspondiente cacheo. Nada que objetar ni que denunciar. Sólo que en la última operación policial a uno de los jóvenes se le ocurrió escupir al suelo, lo que le ha valido una multa de 120 euros, al tiempo que al resto los han denunciado por “perturbar el descanso vecinal”. A los afectados ha llamado la atención la desmesura del despliegue, con cinco motocicletas, un coche y una furgona. Por no incluir al camuflado, que pasa tan desapercibido con sus antenas que todos lo saludan con cariño.