En ese ramillete de indecencias de Soria, que han terminado por convertirlo en uno de los políticos más sospechosos de Canarias, hemos de incluir por méritos propios el caso Isolux. Como recordarán nuestros más apasionados lectores, este caso se refiere a aquella adjudicación millonaria que produjo Pepa Luzardo en agosto de 2003 de un concurso de módulos de desalación de aguas que había convocado Soria al final de su mandato como alcalde. Fue tal el empeño que tuvo que poner la ex alcaldesa por adjudicar el contrato a Isolux que se vio obligada a forzar un segundo informe técnico que contradijera a los responsables del servicio correspondiente. El tufo que dio aquel escándalo llevó a que abandonara el Ayuntamiento el concejal que presidía la mesa de contratación y que acababa de entrar en la Corporación en las elecciones de mayo de 2003. Les hablamos de Mario Romero Mur, que se marchó escandalizado ante la catadura moral de su propio partido y la calidad intelectual de la que iba a ser su alcaldesa los siguientes cuatro años. Pero ahora parece estar dispuesto a volver, sólo que en esta ocasión su íntimo amigo José Manuel Soria le ha ofrecido el primer puesto. Falta por saber si Mario Romero aceptará a Pepa Luzardo de dos y si tal ofensa la admitirá la ex alcaldesa.