Jerónimo Saavedra se quedó solo en su intento por proponer un candidato alternativo a López Aguilar. A pesar de su dilatada experiencia y al conocimiento que tiene de cómo las gastan algunos dirigentes de su partido, al ex presidente del PSC le fallaron todos los cálculos. Como él mismo comentó en este congreso, se le rajaron en plan Jalisco los coroneles y los capitanes que le habían dicho que le respaldaban en esa iniciativa. Lejos parece quedar ahora aquel famoso almuerzo en La Laguna promovido por importantes prebostes del PSC tinerfeño, o las promesas de lealtad inquebrantable que dicen que le hicieron algunos secretarios generales y el mismísimo Juan Carlos Alemán, presidente de un ya fenecido comité territorial, un engendro que le colaron a López Aguilar en el congreso extraordinario de hace dos años y que en varias ocasiones estuvo a punto de convertirse en su verdugo político.