Las diferencias entre Perera y Teresa García se fueron haciendo insalvables porque nadie lograba encontrar una solución satisfactoria para las partes. El primer teniente de alcalde la quería cuanto más lejos mejor, y la concejala quería una salida “digna” a su situación. Las salidas dignas que se planteaban eran complicadas de asumir por el PSC porque había que explicar mucho un puesto de tgrabajo de relumbrón para la concejala en otra Administración gobernada por los socialistas. Mientras, el asunto llegó a la Comisión Ejecutiva Regional, donde se echaron las manos a la cabeza por lo poco que congeniaba la expulsión de la concejala con los estatutos del partido. Julio Cruz, secretario de Organización, llegó a pedir a Perera que readmitiera a García con todos los honores. Y eso no se lo pudo tragar el secretario general teldense.