Como todos los encierros laborales del mundo, el de los trabajadores de la Televisión Canaria en Gran Canaria no estuvo exento de momentos de tensión y de otros de más tranquilidad. La Policía en este caso actuó de modo cortés, incluso como intemediaria entre los huelguistas y la empresa, sin resultado satisfactorio, desde luego. Pero como no había una situación grave, los agentes no actuaron. Sin embargo, la empresa actuó aplicando los mecanismos de una situación de emergencia, y como primera medida bloqueó los accesos para que no se pudiera entrar ni agua ni comida a los encerrados, que tuvieron que recurrir incluso a la Cruz Roja para que les asistiera. Alguien tuvo el detalle de llamar a Telepizza y pedir 20 de tamaño familiar. Cuando llegaron los tres motoristas a El Sebadal preguntaron por la persona a cuyo nombre se hizo el encargo, Esteban Morales, director de Producto de Socater. Pero él no debió ser, porque Telepizza anda buscando alguien que pague los trescientos y pico euros del pedido.