Cualquier lector que consulte la hoja de ruta que le confeccionan sus enemigos íntimos y sus escribidores más odiados llegará a la conclusión simple de que se trata simplemente de sacar a Juan Fernando López Aguilar de la política de Canarias. Por el camino se van dejando algunas consideraciones de cierta trascendencia, como la opinión que al respecto puedan tener los órganos internos del PSC, la militancia silenciosa o bulliciosa, y hasta la misma dirección federal con sede en Ferraz. De momento y que sepamos, el único que ha hecho lo que ha querido ha sido el interesado, que ha anunciado que no quiere volver a ser candidato en 2011. Él y sólo él sigue siendo quien controla el PSC, quien decide, junto a su Ejecutiva, cuándo, cómo y por qué, se convocarán los comités regionales y los congresos que haya menester. Por cierto, ¿se hablará de estrategia política en alguno de esos foros anti-Jotaflá o sólo se trata de intentar quitarlo para que, automáticamente, entre como un vendaval el dolce far niente con Coalición Canaria? Porque hablar sólo de nombres es muy sospechoso, además de perjudicial para los nominados.