Envueltos aún en un aura de defensa de lo público, de la independencia del medio ante los poderes políticos y del interés general, los sindicatos mayoritarios que operan en TVE empiezan perder su credibilidad por su empeño en ser un poder que no puede ser. En Canarias, Comisiones Obreras actúa en estos momentos en estrecha colaboración con el PP para pasar factura a la directora regional, Lourdes Santana, empeñada en enderezar un centro que se iba a pique. Por no plegarse a determinados chantajes, Santana sufre una infame persecución que ha derivado en una extraña postura por parte de CCOO, el mismo que presume de haber puesto contra las cuerdas a aquel cafre del periodismo que fue Alfredo Urdaci. El informe encargado al Consejo de Informativos, controlado por el viejo sindicato, sobre una supuesta manipulación de los Telecanarias en favor del PSC-PSOE, se ha tornado falaz al ser contrastado por los servicios informativos locales y la auditoría de una empresa externa, que han demostrado que todos los datos son inventados. Pero CCOO se encargó de pasar al PP el informe preliminar que, entre otros disparates, llegaba a afirmar que durante una quincena sólo se había dedicado un minuto y pico al Gobierno de Canarias.