Recibimos con algo de congoja, por qué no decirlo, una inquietante nota de prensa del Servicio de Zonas Verdes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria gracias a la cual hemos descubierto un fenómeno botánico a tener en cuenta. En la calle de San Bernardo se ha procedido a la sustitución de un soberbio ejemplar de Ficus nitida, o sea, laurel de indias, porque como consecuencia de las obras de repavimentación de la via y la sustitución de la red de alcantarillado, el árbol se quedó sin abrevadero. Dice la nota de prensa que ese corte de suministro provocó en los laureles un mal denominado estrés hídrico, “que trajo consigo una pérdida foliar y decaimiento generalizado”. Además de la sustitución del árbol deprimido, el Ayuntamiento ha aplicado una serie de medidas correctoras, entre las que se encuentra un “generador de raíces de tipo hormonal” y un “vigorizante con materia orgánica”. Estamos más tranquilos.