Pero si es cierto que Viciana y Corrales han cometido todos los errores del manual socialista para periodos pre-electorales, igualmente es cierto que algunos de los que ahora se frotan las manos en Tenerife para consumar sus viejas venganzas se han pasado varios pueblos. Porque a Santiago Pérez y a los suyos los estaban esperando a la bajadita por trastadas de antaño, lo que ha convertido a algunos de los colaboradores de José Miguel Pérez en auténticos talibanes desenfrenados. No es de recibo que Gloria Rivero y Ramiro Cuende se cargaran al portavoz municipal socialista sin encomendarse a nadie, y resulta infumable que tuviera que ser el mismísimo José Miguel Pérez y no alguno de sus tinerfeños colaboradores, quien, al enterarse, les amenazara con dejarlos como concejales no adscritos si no corregían de inmediato el disparate. Pero talibanes hay en los dos bandos y los ha habido siempre. No íbamos a olvidarnos a estas alturas de la guerra civil que vivió el PSC tinerfeño dos meses antes de las últimas elecciones autonómicas y locales de 2007 y que supuso volverse a estallar en Santa Cruz y en Cabildo, fracasar estrepitosamente en La Laguna con un candidato obligado (Juan Carlos Alemán) y perder dos diputados insulares de los siete que apuntaban las encuestas. Falta por saber cómo va a afectar a los resultados la crisis de las gestoras, pero sí parece claro que las listas se elaborarán con un poco más de sentido común. Y autoridad regional, cierto.