Dicen los investigadores que Celso Perdomo no lo ha contado todo, como ha quedado dicho. Y dicen también que una de las preguntas que más veces ha quedado sin respuesta es la referida al número y datos de la supuesta cuenta corriente abierta en Luxemburgo con el propósito de cobrar unos dineros que contribuyeran a la buena marcha del negocio. Puede que Mónica Quintana no tenga ni idea de esos datos, y mucho menos la familiar que recibió el lunes la visita de la Policía para tratar de encontrar las tarjetas referidas a esa cuenta. Tampoco habrá contado nada Celso de las extravagancias de su antiguo jefe, Luis Soria, esas que le han dejado tan marcado como a otros colaboradores. Ahí va otra: Don Luis prohibía que su staff directivo volara en el mismo avión o que pernoctara en su mismo hotel. Celso preguntaba antes porque no se lo quería tropezar.