Pues no, no lo han superado. No han superado el regreso de la democracia, ni que de repente los libros de texto hayan empezado a considerar a Franco como un golpista y un dictador. Pero peor aún, no han superado que el Partido Popular sólo haya estado gobernando en España ocho años, y que en su lugar no haya habido un Gobierno más derechoso todavía. Al contrario, ha ganado el que más daño podía hacer a los defensores del Alcázar de Toledo, a los guerrilleros de Cristo Rey y a los Legionarios de Cristo, hoy tan protegidos por el Papa. Este domingo han aparecido manchadas de pintura las estatuas que recuerdan a los dirigentes socialistas Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto, situadas en la zona de Nuevos Ministerios y próximas al pedestal donde estaba la estatua ecuestre de Francisco Franco. En los alrededores, pintadas con insultos a Zapatero, banderas de España por doquier y ramos de flores en la peana que soportaba el bronce del dictador. Están dando la razón a los que opinan que los españoles hemos tardado mucho en retirar esos recuerdos del franquismo.