El mejor resumen de la tomadura de pelo del viernes lo hizo Antonio Arbelo, portavoz de la Plataforma de Salud Mental: el incremento es ficticio porque se trata de “trampas” difíciles de explicar a la opinión pública. Y para rematar la inauguración de esta especie de pantano franquista, la frase lapidaria de Salud Gil: “Las reivindicaciones, perseverancia y reclamaciones de los familiares y enfermos”, han supuesto “un apoyo” para que la Administración cumpla sus responsabilidades. Vamos a ver: si los desalojaron a la fuerza de un pleno del Cabildo, les impidieron ir al baño, los chotearon meses y meses, zarandearon a los consejeros de la oposición que los apoyaban, utilizaron ilegalmente una cinta de TVE para desacreditar las reivindicaciones, acusaron de talibanes a los que les dieron respaldo... ¿Es eso lo que hace falta para firmar un plan por dos millones de euros menos? No nos podemos imaginar lo que hay que hacer para que hagan lo que es menester.