Impresionantes las cosas que se pueden leer en las actuaciones del caso Faycán, donde se confirman los peores presagios, los que hablaban de que nos encontramos ante la corrupción más casposa en estado puro. Pendientes, ¡cómo no!, de la celebración del juicio, de la sentencia firme y de la presunción de inocencia de todos los actores de este sainete, ya se puede ir llegando a conclusiones muy elocuentes. Una de ellas, y quizás la de mayor alcance político, es que el PP está infectado de amigos de lo ajeno, por decirlo fino. En Telde, tales individuos han trincado sin tino, ora para sí mismos, ora para repartir con los compañeros del grupo de gobierno, y ora para financiar al partido. Por cierto, ¿qué fue de la querella de Soria a Paco Gordillo?