Juan Manuel Fernández del Torco, magistrado en excedencia y abogado en ejercicio, es un centrista de toda la vida. De hecho no hace mucho que fundó su propio partido Centro Independiente de Canarias (Cican), con el que suponemos pretenderá concurrir a las próximas elecciones y salir elegido. Ha ocupado altos cargos en la Administración autonómica, como presidente del Consejo Consultivo de Canarias, y es de los que no jamás ha presumido de ser hombre docto y culto. Inquieto como muy pocos, Fernández del Torco trata de compaginar su trabajo como abogado con la carrera política, que exige buscar huecos para la notoriedad. Por eso trata de ser puntual en la entrega de sus artículos de opinión a un periódico digital tinerfeño, El digital de Canarias, donde acaba de publicar una pieza de antología, el plagio más descarado que hemos conocido en décadas. Sin encomendarse a más protección que a la que proporciona el corta y pega, ha fusilado con todo el descaro del mundo un artículo publicado en Le Monde Diplomatique por el que fuera durante dieciocho años su director, Ignacio Ramonet.