Ya tiene el periódico El Mundo otra felonía montada, esta vez, calendario en mano, ante las inminentes elecciones autonómicas en Cataluña, donde la consigna es cortarle las patas a un crecido y soberanista Artur Mas. Su estrategia independentista y su habilidad para tapar sus dramáticos recortes económicos y sociales con una huida escabrosa hacia adelante, no ha sentado nada bien en los sectores más nacionalistas españoles, entre los que cabe destacar al Partido Popular y a toda su amplia e indignada caverna mediática. El Mundo, que se presta muy fácilmente a coger un papel higiénico usado y transformarlo en documento decisivo para la historia de España, ha sido capaz de acusar de corruptos a Mas, a Pujol y a otros dirigentes nacionalistas catalanes con un presunto borrador de documento policial, insistimos, borrador, que por lo que apuntan las primeras investigaciones es fruto de un corta y pega de diversos informes, unos ya en poder del juez que instruye el caso Palau, y otros de soplos anónimos y, atención, comentarios que circulan por Internet. Como puede apreciarse claramente, se trata de periodismo de investigación y de alto rigor, abrazado a la desesperada ante la certeza de que Artur Mas se acerca peligrosamente a la mayoría absoluta. Cada vez que desde la calle Génova le tocan la corneta a Pedro Jota, éste se lanza desbocado en la confianza de que cualquier querella o patinazo será convenientemente avalado por el Partido Popular.