Una de las querellas, actualmente en fase de acto de conciliación previo, la ha interpuesto un prestigioso profesional del planeamiento cansado de que Guillermo Reyes diga disparates. La otra la ha interpuesto el escultor Sergio Gil, pero en esta ocasión contra la radio oficial del régimen, muy dada a defender los muy nobles y legítimos intereses de lo que queda del grupo de gobierno, pero por la nada edificante vía del insulto contra los que discrepan. Y contra los que informan de las trapisondas en que andan metidos. Gil les pide que se dejen de marranadas de una vez, que pidan disculpas y que aflojen 60.000 euros en concepto de indemnización por daños y perjuicios. El otro profesional reclama a Guillermo Reyes 90.000, lo que suma 150.000 euros que, de tener que ser satisfechos, saldrán de la misma talega, como todo el mundo sabe.