Si ya fue durísima la sentencia de primera instancia contra Miguel Ángel Ramírez, cualquier posibilidad de rebaja quedó frustrada del todo ante la Audiencia Provincial de Las Palmas. La sentencia de este órgano, dada a conocer este jueves a través del gabinete de comunicación del TSJC, no puede ser más dura. Se mantienen los tres años y un día, se mantiene la multa y se añade la demolición de las obras, extremo éste reclamado en su recurso por el Ministerio Fiscal, que ha sido implacable en este procedimiento. El magistrado ponente, Secundino Alemán, ha rechazado todos y cada uno de los argumentos de la defensa del empresario y, sin embargo, ha tenido en cuenta la reclamación del Ministerio Público de endurecer aún más la condena de primera instancia. Quedamos a la espera de cómo actuará la misma fiscalía en asuntos objetivamente más graves, como los diecisiete hoteles clandestinos de la isla de Lanzarote. Porque si por cuatro muros y un camino hay que ir tres años a la cárcel, pagar una multa y demoler, por unos hoteles ilegales habrá que reabrir Sing-Sing.