Desde el sábado se han disparado varias alarmas más en el PP. Porque, como saben, tanto en el Cabildo como en el Ayuntamiento se han acrecentado las críticas y roto las lealtades inquebrantables. Si cuando Mauricio era amigo de Soria tanto éste como Pepa tenían el respaldo de los votos de CC en caso de una fuga, ahora esa garantía ha desaparecido por completo, lo que ha alimentado tentaciones. En el Cabildo, la gente del PP ya anda diciendo que no va a ser uno, sino que probablemente serán tres, los consejeros que un día de éstos renuncien a la disciplina pepera. Dicen que uno sería traición, pero tres, ajuste de cuentas. Y algunos andan desesperados por ajustar. Exigirán una rectificación del rumbo soriano, y que Larry no los trate como fregonas.