Significativa distancia la que viene guardando el delegado del Gobierno con respecto a la controversia suscitada en torno a su presunta sucesión. Mientras se desatan las conjeturas, las renuncias y los desmentidos, Salvador García Llanos sigue en lo suyo, trabajando en silencio, con discreción, lidiando crisis y sucesos y cooperando por la vía de los hechos con otras instituciones. Por si fuera poco, aún tiene tiempo para escribir, algo que no hace nada mal, por cierto. Su última aportación son los prólogos de dos libros recientemente aparecidos. Uno titulado Mi planeta. Por la eliminación del racismo, editado conjuntamente por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias“, y el otro, una introducción a la obra titulada El estudio y la gestión de los riesgos geológicos, publicado por el Instituto Geológico y Minero de España y el Consorcio de Compensación de Seguros. En fin, unos conspirando y el delegado, en su papel.