El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Hablando de traidores
Les decimos que la reacción de Paulino Rivero ha sido estrepitosamente visceral, quizás absolutamente convencido de que la ley del fonil iba a ser implacable con los demás adversarios. Rodríguez ha actuado en coherencia y ha elegido el momento político en que la ruptura del grupo canario, del que formaba parte de modo poco natural desde que se marchó de CC, era más propicia para él y más puñetera para el resto del mundo. Rivero le ha saltado al cuello y, entre otras finuras, le ha llamado traidor y tránsfuga. No parecen apelativos que desde CC se puedan emplear con mucha altura moral dados los orígenes mismos de ese partido (o agrupación de rondallas, según se mire): nació tras una moción de censura de un vicepresidente del Gobierno (Manuel Hermoso) a su presidente (Jerónimo Saavedra) cuando los conjurados lograron sumar 31 diputados. No es fino defender una traición, cierto, pero sólo ofende quien puede.
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