Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Nunca hablar mal del anfitrión

Otras pruebas manejadas para archivar el caso del kilillo (siempre nos quedaremos con las ganas de escuchar a algunos ante un jurado explicando su generosidad con políticos y periodistas) ha sido que en casa de Domingo González Arroyo, en el momento en que se produjo la grabación, estaban presentes dos personas que declararon no haber escuchado nada de soborno. Pero nada de nada, oiga. Se trata de Eduardo Espinel Montelongo e Hilario Morera Santana. Dos auténticos huéspedes del marqués, de los que tiran de la botella de Chivas, de los que frecuentan la casa del cacique de la isla para ver pasar el parsimonioso tiempo majorero. Están bonitos para hablar mal de anfitrión tan distinguido.

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