La solución es bien sencilla. El que quiera remover al secretario general del PSC puede utilizar los mecanismos orgánicos con los que se ha dotado ese partido. Puede protestar en los comités regionales, presentar en ese máximo órgano entre congresos una moción de censura. Puede criticar la política juanfernandista en la Ejecutiva Regional, y hasta mandar una carta al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. Lo otro, lo de lanzar sapos y culebras en la prensa está muy bien, pero que requetebien, para los partidos que no son el PSOE. Y si hay movimientos en Ferraz, sería de agradecer que se publiquen los nombres y los apellidos de los autores de tales acciones. Porque lo que dijo Leire Pajín el sábado sobre la solidez del liderazgo de López Aguilar parece no dejar lugar a dudas. Y es la número 3 del PSOE: “Es un pedazo de secretario general y un pedazo de portavoz europeo”.