Tiene razón Oliart cuando dice a los representantes sindicales que hay que cambiar las condiciones laborales, montadas históricamente a mayor gloria de los privilegios, la sinrazón y el despilfarro de recursos públicos. No es de recibo que se empleen horarios rígidos de 08.00 a 15.00 (en realidad una hora “antes”, en Canarias y en el resto del territorio) que impidan rodar por la tarde. O que para cualquier trabajo fuera de esos horarios haya que pagar pluses y horas extraordinarias de manera disparatada. Hace unos días cayó en nuestras manos un comunicado sindical del centro emisor de Canarias criticando a la dirección por la retransmisión de la cabalgata de Carnaval. No entendíamos el fondo de la cuestión hasta que descubrimos que el cabreo sindical venía dado porque, por primera vez, la retransmisión se hizo desde el parque de Santa Catalina, sin mover de sitio la unidad móvil, como se venía haciendo desde hace años. La queja no era por cuestiones de calidad, ni en defensa de la televisión pública. Dejar quieta esa unidad supuso no tener que pagar horas extras nocturnas al personal, y de ahí el origen del comunicado.