No es el de Jinámar el primer pozo que ha inspeccionado la Policía, que hasta ahora ha investigado todas las pistas más o menos creíbles que ha ido recibiendo. Que sepamos, es la tercera ocasión en que los agentes bajan a un pozo abandonado, después de revisar uno en Ingenio y otro en el norte de la isla, siempre con el mismo resultado. Sólo que en Jinámar había cámaras y periodistas, y la Televisión Canaria pudo captar la imagen que ofrecía un monitor conectado a una mini-cámara que se introdujo hasta las entrañas de la cavidad. Y aquello que se veía parecía, efectivamente, un fémur, si bien no había contraste métrico para poder determinar su tamaño ni otras consideraciones que permitieran avalar alguna certeza. La noticia, naturalmente, se disparó, lo que añadido al hecho cierto de que por la zona había sido detectada la presencia del famoso presunto violador de la furgoneta blanca, muerto en prisión, obligó a una investigación más en profundidad.