No nos podemos quejar los que vivimos en Las Palmas de Gran Canaria del renacer de ofertas de ocio que tenemos, una vez cesó la persecución contra los locales nocturnos por parte del ex alcalde Soria. Somos gente con ganas de diversión, y encima el clima nos acompaña, lo que convierte en inexplicable que nos quieran meter a las diez en casa. De ahí que saludemos con mucho jolgorio la aparición de una nueva terraza, pero no de una terraza cualquiera, sino de una que, según los que la han visto estos días previos a su apertura, es la releche. Se llamará La Ola, y abrirá este sábado al público después de una fiesta de apertura el viernes. Tiene más de mil metros cuadrados de superficie, cinco barras (una VIP), veinte pérgolas de las que, mediante un sofisticado sistema de iluminación, la luz se distribuye de forma indirecta; 43 altavoces que reparten el sonido de modo adecuado, evitando estridencias tanto hacia el interior como hacia el exterior... Y una aportación que hay que valorar: los promotores han sabido combinar -por fin- una apuesta por un concepto empresarial hasta ahora inédito que se combina con lo artístico de manera equilibrada. Pepe Dámaso, el genial artista de Agaete, es el responsable de esa última vertiente, lo que ha permitido crear incluso una ola dentro de La Ola. Esa ola hay que cogerla.