Juan José Cardona también prometió en su campaña electoral que bajaría los impuestos en Las Palmas de Gran Canaria en el ejercicio de 2013. Tiene todavía por delante año y medio para conseguir cuadrar las deficitarias cuentas de esa Corporación, que heredó de la última gestión del PP un agujero sideral de más de 100 millones de euros sólo en sentencias judiciales de inminente ejecución. Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid y correligionario de Cardona, aprovechó la primera y eufórica reunión de su junta de gobierno, celebrada este mismo jueves, para acordar un incremento del IBI por un 5,7% anual los próximos diez ejercicios. Tiene un problemón con la deuda el alcalde de la capital española y es consciente de que por mucho que los manuales del PP digan lo contrario, o se suben los impuestos o se entra en barrena, se reducen los servicios sociales y se cierran dependencias de toda índole. A diferencia de Gallardón, Cardona no es heredero directo de su propia deuda porque tiene el periodo de los socialistas por medio, cuatro años en los que se rebajó el endeudamiento, pero sigue habiéndolo. De ahí que en su primer día de mandato ya lanzara el mensaje de una falsa “deuda oculta” para empezar a alimentar el ambiente propicio que le permita justificar la decisión de no rebajar los impuestos. Veremos, porque tiene de plazo hasta 2013.