No corren buenos tiempos políticos para Águeda Montelongo, la gran esperanza del PP de Soria para revitalizar, remozar y abrillantar el partido en la Maxorata. El golpe de mano (y de efecto) dado por el marqués, Domingo González Arroyo, suspendiendo varios comités locales tras demostrar de qué lado están los votos conservadores de la isla, la ha dejado tocada. Estaba llamada a presidir el partido allí, que para eso se esmeró de lo lindo su amigo Larry Álvarez. Pero hasta éso ha perdido la señora Montelongo, que ahora ve cómo todo se tambalea bajo sus pies. Dicen los que de estas cosas saben en Fuerteventura, que este miércoles se preparaba una desbandada de cargos del PP soriano, aterrorizados con la posibilidad de permanecer humillados ante el marqués a partir de estos momentos. Como primera medida, Aguedita no se personó en el comité ejecutivo de Tenerife previsto para este miércoles. Hoy se verá con el líder. A ver.