El empresario Félix Santiago se ha limitado a defender sus derechos y, ante la imposibilidad de que se los reconociera la patronal a la que pertenece, se vio obligado a acudir a los tribunales. De momento ha ganado un par de batallas, y como él mismo reconoce, le queda pendiente la guerra. Falta por saber si resistirá en la soledad del héroe que se enfrenta a un sistema contaminado por el poder político o si serán otros los que terminen dando el brazo a torcer aplicando la misma técnica que ya utilizaron con sus rodillas cuando así lo reclamó el Gobierno y los partidos que lo sustentan. Cabe también resaltar el mal humor que la postura de Santiago ha generado entre algunos empresarios, que hasta se sintieron ofendidos cuando les pidió que no vociferaran como “malcriados”. A lo que uno de ellos, Juan Miguel Sanjuán, contestó con un lastimoso “seré malcriado, pero más inteligente que usted”. Seguro que sí.