Hace unos meses nos sorprendió la noticia de que José Manuel Soria fichaba para las listas del PP en La Gomera al histórico alcalde de Valle Gran Rey, Esteban Bethencourt, condenado en primera instancia por apropiación indebida y pendiente de que se repita el juicio por indicaciones del Tribunal Supremo. Luego supimos de qué se trataba: de que el señor Bethencourt ejerciera de liebre a tiempo parcial para que tirara de la lista y a continuación dimitir si, como es de prever, vuelve a ser condenado a nueve años de inhabilitación. Pero como un imputado en trance de condena pareció poco a Soria, hombre ambicioso donde los haya, acaba de fichar para las listas del PP a otro ilustre encartado gomero, Javier Trujillo, imputado por prevaricación y tráfico de influencias al haberse beneficiado supuestamente del Plan Insular de Ordenación del Territorio que él mismo tramitaba como consejero del Cabildo a las órdenes del PSOE. Los socialistas lo echaron hace un par de años, pero el hombre se resiste en el machito a la espera de nuevo destino, el que a partir de ahora pasará a depender del PP de Soria. Otra cosa no será, pero edificante es de lo lindo.