Somos conscientes de que no es conveniente aventar pleitos judiciales pendientes de sentencia, pero la actualidad manda por encima de todas las cosas y lo ocurrido este martes 13 en el Parlamento de Canarias y paralelamente en el Palacio de Justicia de Las Palmas de Gran Canaria hay que comentarlo necesariamente. Verán por qué. Es absolutamente relevante, notable desde el punto de vista informativo, es decir, noticia de portada, que un presidente de un Gobierno se suba a la tribuna de un Parlamento y proclame a los cuatro vientos que va a meterle un paquete al director de un periódico que se va a acordar hasta del número de dientes que le quedan en su sitio original. Eso lo hizo este martes el presidente Paulino Rivero a carambola de billar puesta como se las ponían a Felipe II por el portavoz parlamentario de su partido, José Miguel Barragán. Venía a cuento la promesa en plan Scarlett O'Hara ante la pertinaz campaña de descrédito que el propietario, director, editor, y alma mater del periódico El Día ha acometido de manera sistemática y demencial contra Rivero, su esposa y una parte de su familia. El anuncio riveriano de que irá a por don Pepito caiga quien caiga y con dinero propio (ya era hora que un político separe sus pleitos personales del erario público) coincidió este martes y 13 con la incomparecencia del editor en el juicio para el que estaba citado como demandado en Primera Instancia 1 de Las Palmas de Gran Canaria. Cobarde es la palabra que mejor define la postura del señor Rodríguez Ramírez, conocido incluso por su abogado como Don Pepito.