Reconocemos que estábamos en un error: nuestras primeras informaciones indicaban que los dos hijos de Toñi Torres detenidos este miércoles y puestos en libertad al día siguiente, eran sólo víctimas de un operativo de blanqueo creado y ensolerado por su señora madre. Hoy, con nuevos datos en la mano, podemos afirmar que nos encontramos ante una organización familiar con un funcionamiento ejemplar. En la operación de esta semana han sido incautados tres coches, dos Peugeot (206 y 307) y un Volskwagen Polo, además de un auténtico arsenal electrónico de aparatos de última generación para el ocio y el disfrute de los detenidos. Cada uno de ellos tiene una vivienda en el mismo edificio de La Garita, unos pisos que costaron 90.000 y 120.000 euros, respectivamente, y que se pagaron por el procedimiento clónico: una parte con hipoteca y la otra billete sobre billete.