No fue por casualidad. El consejero maldito quería sentarse con García Navarro para dar su visión de los acontecimientos que han terminado con sus compañeros dejándole a los pies de los caballos. Y allí, en pleno parque Santa Catalina, estaban sentados el accionista y el todavía consejero. Ruiz está por dar batalla. Piensa enfrentarse al consejo amarillo hasta demostrar que no ha filtrado nada a los medios de comunicación. Añade a eso, la necesidad de que se reconozca que mediante sus gestiones, el club ha ingresado 600.000 euros, extremo que también se llegó a poner en duda. García Navarro, después de atender una llamada en la que se le informaba de que tenía que desembolsar 48.000 euros más para saldar del todo con Yosu Uribe y permitir que Juan Manuel Rodríguez pueda seguir sentado en el banquillo más allá de la segunda jornada, le recomendó no dimitir. Se fragua un movimiento que dará cabida nuevamente al despreciado.