Si lo que empieza a verse estos días en algunos órganos de La Caja es parte de lo que se hacía antes, estamos apañados. La irrupción en la entidad de nuevos consejeros producto de los cambios políticos operados en algunas instituciones está permitiendo que se reclame más y mejor información, se exija que se expliquen decisiones y que se gestione con la exigible transparencia. Pero en la comisión de control, ese órgano que continúa presidiendo Larry Álvarez gracias a las componendas de su partido con Nueva Canarias, vuelven a darse situaciones que recuerdan a los tiempos franquistas y juanfrancisquistas. Un miembro de esa comisión de control pidió hace unos días actas de ese órgano, de la Asamblea General y algunos escritos del presidente y se encontró con una respuesta muy sandunguera: lo trasladamos a la comisión de control para su análisis y ya le contestaremos. Suponemos que habrá que mandar un níhil óbstat desde El Sebadal porque Ginebra aquí no pinta nada.