El consejero de Turismo se puso en su sitio, por una vez y sin que sirva de precedente. Debe estar harto de que le tomen por el pito del sereno, de que todos digamos que la que manda es Parejo y que él se limita a cabrerarse y a decir que sí, pero cuando todo está decidido. Herrerita le dijo claramente a su viceconsejera que ya estaba bien, que no fuera ciega y que no se empeñe en llevar la contraria a todo el mundo, a los empresarios, a los técnicos y a los medios de comunicación. Le dijo que tanta gente no podía estar equivocada mientras sólo ella se creía en posesión de la verdad. Fue demasiado fuerte para Pilar Parejo, tanto reproche de una sola vez, con la voz del consejero a todo volumen, y delante de todo el sector turístico. Así que, tras el chorreo, sin capacidad para contestar, la viceconsejera se levantó y abandonó la reunión.