Pero en La Laguna también ha estallado el cabreo generalizado del PP, lo que facilitará enormemente las cosas al alcalde Fernando Clavijo, de CC, que gracias a circunstancias como esta y la reaparición de Santiago Pérez, podría acercarse de manera clara a la mayoría absoluta. Dicen los peperos laguneros que la lista que ha presentado la niña Tavío no se sostiene por ninguna parte, que está plagada de perfectos desconocidos, cuando no de renegados que han vuelto a abrazar la fe del converso. Es el caso del número uno, Pedro Suárez López de Vergara, del que muchos recuerdan que fue afiliado del PP en los noventa, cuando ocupó algún cargo público del que fue descabalgado en 2000. De allí pasó a la casa nacionalista canaria, en la que ha militado siete años. Ahora regresa al PP para encabezar una lista en la que aparece de número dos una de las personas que mejor ha aprendido cómo triunfar en el PP sin capacidad ni méritos. Se llama Agustín Guerra Luis, quien durante unos años fue el jefe de gabinete de Rita Martín, ex consejera de Turismo. Una sólida experiencia, de eso no hay duda. La tercera plaza la ocupa un abogado de poco renombre en el foro y mucha raigambre social, Ramón González de Mesa y Ponte, a quien los críticos de su propio partido sitúan muy en el corazón de la burguesía del chicharro, más ática que pepera. Son muy celebrados sus asaderos de cochino con vino de La Victoria en la casa familiar de la calle Bencomo.