También acudió al pleno para sentarse entre el público un asesor de Coalición Canaria que antes fue candidato del CCN sin acta o militante del PSOE sin futuro. Su desempeño, embutido en la camiseta roja emblema de la lucha vecinal, fue agitar a los vecinos de Las Chumberas presentes en el salón de plenos para que increparan hasta rebasar los limites del insulto a los cuatro concejales del PP. Y el límite se rebasó cuando llegaron a llamarlos “asesinos”, entre otras lindezas prácticamente irreproducibles. Desde el grupo de gobierno, tristemente, poco se hacía por reconducir el linchamiento hasta centrarlo en el debate político exigible a una corporación democrática. Claro que a ello poco contribuyó otro exaltado presente en el pleno, en este caso concejal de CC y vecino del barrio de Las Chumberas que, en el colmo del delirio, llegó a exigir a esos tristes cuatro concejales del PP que cedieran sus casas a los vecinos. Una solución imposible, además de demagoga, que no soluciona ningún problema sino que abre aún más la brecha entre los ciudadanos.