No entusiasma a la peña esto de celebrar cada 6 de diciembre la aprobación en referéndum de la Constitución Española, un hito que conviene no olvidar no vaya a ser. En Canarias hubo fastos parlamentario la víspera, y un acto cada vez más anodino este jueves, en el Obelisco, con las autoridades luciendo sus mejores galas y el personal de a pie en quehaceres varios, pero lejos de allí. Pepe Segura se enrolló lo suyo, pero sin excesos, y como viene siendo tónica habitual, la consejera de Industria ordenó dar codazos para que la colocaran en lugar resultón. Sus guardianes protocolarios se tropezaron con dos pesos pesados de la cuestión, Antonio Coto y José Manuel Bastos, a los que no se les puede discutir sin argumentos. Porque los suelen tener todos. Pero lo más llamativo fueron las ausencias.