Así las cosas, prepárense para un nuevo concurso con la marca de la casa: los locales de los bajos de la avenida, que han quedado liberados gracias a la varita mágica del cambio de proyecto en las referidas obras. Además, saldrán a concurso ocho pantalanes de servicio público y la privatización de todos los servicios que se prestan en el Muelle Deportivo y por los que el venturoso adjudicatario cobrará 500.000 euros al año. Se admiten apuestas porque somos así de traviesos, pero si quieren evitar el riesgo, les adelantamos que ese concurso tiene padre, padrino y adjudicatario, y no necesariamente serán personas distintas. Lo malo es que hay alguna dificultad que vencer, como el informe de la Abogacía del Estado, una vez la parte socialista del consejo de administración de la Autoridad Portuaria anda más que adormecida. Por el padrino también.