Si usted es alguno de los ex presidentes del Cabildo de Gran Canaria y tiene algo que decirle al actual máximo responsable de la Corporación, pida cita, esto es, póngase a la cola. Ni se le ocurra bajo ningún concepto constituirse allí, en la Casa Palacio insular, a ver al presidente, porque va a perder el tiempo. Aunque sea del PP, háganos caso, hable con la secretaria de Soria y rece. No lo estamos imaginando, en absoluto, conocemos dos casos concretos. Uno, el de Olarte, al que mandaron a la calle con viento fresco, y el otro del irrepetible José Macías, senador del PP de toda la vida, que osó personificarse en el sitio en cuestión y no fue recibido. No se imaginan la cara del ujier que lo mandó a coger puerta cuando Macías le dijo, pero oiga, buen hombre, ¿no se acuerda usted de mí, yo fui su presidente? Sí, sí, señor Macías, pero yo sólo cumplo órdenes. Las órdenes del búnker, añadimos nosotros, que es en lo que han convertido aquello.