Nadie en Telde, ciudad de la que es natural el presidente del PP, ignora algunas de las andanzas políticas de Toñi Torres desde que regresó al Ayuntamiento tras el éxito electoral de su partido en 2003. Pese a llevarse a muerte con Mari Carmen Castellano, aceptó una tregua por el bien de la humanidad y transigió con que Paco Valido, un paracaidista que nadie quería, fuera el alcalde. La mujer fuerte del partido dentro y fuera del Ayuntamiento sería ella, y nadie le tosía. El camino quedaba expedito porque los socios de AFV-Ciuca habían elegido Urbanismo, y ya se sabe que donde mandan los hermanos Reyes, nada toca Toñi ni nadie del PP. Y mucho menos el alcalde. Así las cosas, la señora Torres se estableció por su cuenta y se hizo rápidamente famosa por lo que en Cataluña se llamó el 3%, sólo que en Telde, donde hay una hora menos, la ambición llegaba al 20%. No hay conversación entre empresarios, funcionarios avisados o periodistas en la que no terminara saliendo a colación el famoso 20%, pero nadie iba al juzgado. Hasta que una persona se plantó donde se tenía que plantar, puso su firma al final del folio que le pusieron delante, y empezó la Operación Faycán.