Lo único exigible al equipo que ahora entra en la Autoridad Portuaria de Las Palmas de la mano de Emilio Mayoral es el imperio de la normalidad. Ya sabemos que los milagros no existen, y mucho menos con el peligro que corren las clases de religión. Así que basta con que las aguas vuelvan a su cauce, se gasten las perritas que se puedan gastar y se imponga el sentido común. Suponemos que en aras de esa normalidad debe inscribirse el nombramiento de Manuel Vidal como jefe de prensa de la Autoridad Portuaria, cargo que llevaba ocupando este buen periodista desde la etapa de José Manuel Hernández pero del que fue descabalgado con la llegada de Arnáiz. Hasta final de mes esperará a que se marche Teresa Cruz, a la que sustituirá con la profesionalidad que siempre le ha caracterizado. Por cierto, ya hemos pedido de manera formal el listado de gastos de representación de esta buena señora y el importe de su liquidación. Se trata de dinero público, y bueno es que se sepan estas cosas. Teresa Cruz estará en el Puerto hasta diciembre, luego se tomará unos días de descompresión y a continuación veremos si nos la encontramos en Telde, que todo es posible en estos Ayuntamientos reciclables del PP.